Adentrarse en lo profundo

Durante los últimos meses, José Iglesias (Madrid, 1957) ha replanteado su práctica pictórica, explorando un lenguaje abstracto que se distancia de la violencia y se adentra en una abstracción lírica, marcada por la riqueza cromática y la sutileza del gesto. Sus nuevas obras dialogan con la serie Profundidad, desarrollada a lo largo de la pasada década, y constituyen una evolución hacia una mayor complejidad y diversidad formal.

En este proceso, Iglesias ha intensificado el uso de tonalidades más fuertes, así como un tratamiento más profundo y trabajado de los fondos. Destaca además su preferencia por el formato cuadrado, un espacio armónico y autorreferencial que remite a las búsquedas de las vanguardias históricas. En algunos lienzos introduce un segundo cuadrado, un cuadro dentro del cuadro, que cobija tramas abstractas de líneas y colores contrastantes: azules profundos, añiles y naranjas que recorren la superficie como hilos luminosos sobre campos fríos.

La obra más monumental de este periodo, de 200 x 150 cm, presenta un fondo bícromo compuesto por dos campos verticales irregulares, que se abrazan y unifican el conjunto.

Para José Iglesias, pintar no es nombrar, sino suspender el gesto del lenguaje y abrir un espacio para el pulso, el hálito y lo que acontece sin ser plenamente consciente. Su pintura es vestigio, respiración, huella. De ahí también su resistencia a titular sus obras, salvo en contadas ocasiones como El pabellón de oro, evocación de la célebre novela de Yukio Mishima.

Marcado por los meses recientes de zozobra y aislamiento, Iglesias ha ahondado en un territorio de introspección, acompañado por referencias al sistema cosmológico chino. En esta línea, aparece con fuerza un componente caligráfico inédito en su trayectoria, en el que el gesto rítmico y fluido recuerda tanto a la tradición de la escritura china como a la abstracción expresiva de artistas como Franz Kline. Entre estas piezas, destacan dos pequeñas obras sobre papel metalizado, de apenas veinte centímetros, que condensan la potencia y el misterio de su pintura última.

Galería

Vídeo presentación

Anterior
Anterior

Lugares habitados

Siguiente
Siguiente

Crónica de una década y cambios de lugar